sábado, 30 de julio de 2011

La León (2006), de Santiago Otheguy


Del otro lado del río

La león es la ópera prima del director Santiago Otheguy, filmada en el 2006, pero estrenada en el 2008. Obtuvo una muy buena recepción en los diferentes festivales en los que participó como en el 57º Festival de Berlín, donde consiguió la Mención Especial premio Teddy; el BAFICI, conquistando una Mención Especial del Jurado; y el Festival de La Habana, donde alcanzó la Mención del Jurado a la Opera Prima; entre otros. Se destacan Daniel Valenzuela y Jorge Román, intérpretes habituales del nuevo cine argentino, acompañados de actores no profesionales, los habitantes del delta, que desempeñan papeles de sí mismos.

Los personajes protagónicos, Álvaro y El Turu, conforman una pareja antagónica. Por una parte, el primero es un joven tímido y retraído. Si bien su prehistoria permanece vedada para el espectador, ligando los diferentes datos que se ofrecen, se reconstruye una identidad sensible y afectuosa. Por otro lado, El Turu, se desempeña como el portavoz de la comunidad en las reuniones, el capitán del equipo de jóvenes, el líder de la comunidad.
Igualmente, Álvaro sostiene una identidad (homo) sexual definida, que respira a oscuras, en las noches, u admirando, siempre con cierta cautela, los cuerpos que lo rodean. El Turu es un personaje contradictorio, que se define por sus acciones en oposición a lo que reiteradamente enuncia. Constantemente humilla a otros, a partir de diversos epítetos, todos de corte racista, como “puto de mierda”, “negro de mierda” o “cabeza negra”. Sin embargo, demuestra una actitud desesperada cuando Álvaro lo evade o confronta.
Finalizando el film se establecen dos encuentros que determinan la relación que existe entre ellos. En el primero, El Turu se acerca a Álvaro para restablecer un contacto, a partir de la indiferencia de aquél. Más tarde, retoma su rol dominante, a modo de venganza, al abusar de Álvaro.
Si bien El Turu manifiesta su rechazo por Álvaro, la última escena denota una ambigüedad: insultando a Álvaro, expresa un deseo reprimido, siendo la violación el desenlace de su desesperación ante el rechazo.
El delta es el marco donde toda la historia se desarrolla. Se presenta como un mundo paralelo, aislado la ciudad. Su único nexo es la lancha colectiva que conduce El Turu, “El León”. El único vínculo que los une a una civilización que parece haberlos olvidado.
El cambio del artículo, por lo tanto, señala esa inversión de lo probable, permitiéndonos observar la permutación que en los personajes se presenta.
En cierta forma, el papel protagónico del film no lo adquieren los personajes, sino el entorno; esa naturaleza que los construye y sostiene. El delta determina a los personajes; sus márgenes constituyen los límites de aquellos que lo habitan. La cámara adopta su punto de vista. Por ese motivo, quizá, observamos lo que sucede desde cierta distancia; desde la neutralidad de esos parajes solitarios.
La puesta en escena del film construye una intimidad que envuelve a los personajes. El sonido ambiente prevalece generando la constante intromisión del exterior, inclusive dentro de las casas. La música resuena intermitentemente, pero no con el deseo de aumentar la carga dramática de las escenas más significativas (en ellas sólo se oye el canto de los grillos o las olas del río), sino más bien para acompañar el ambiente onírico que la imagen blanco y negro, preciosista y estilizada sostiene. Asimismo, las situaciones fundamentales de aquellas escenas se construyen desde el fuera de campo, nutriendo la distancia mencionada. La violación y el asesinato no se explicitan a partir de las imágenes, sino que se sugieren a partir de la banda de sonido.
Por lo tanto, definir si el film se ocupa de la relación de esos personajes, o se trata de un retrato de un estilo de vida en un entorno tan ajeno al propio. Es una decisión que cada espectador realizará a partir de la lectura que establezca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario